NI APÁTICOS NI INDIFERENTES
Estudiantes de instituciones de educación superior públicas
y privadas salieron a protestar por la democratización de los medios de
comunicación y la cobertura de éstos en la campaña electoral, así como
reivindicar distintas demandas sociales
Por Enrique Huerta / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo.- Con los jóvenes y las redes sociales como
protagonistas, la campaña presidencial tuvo su primer punto de quiebre días
atrás. Las calles de México fueron escenario de una nueva marcha cuyas
consignas apuntaron principalmente a la falta de objetividad de algunos medios
de comunicación, y el repudio a la reacción del PRI y del Partido Verde
Ecologista tras haber descalificado los reclamos estudiantiles en la
Universidad Iberoamericana.
Las calles de la Ciudad de México se vieron ocupadas por más
de diez mil estudiantes de diversas universidades, públicas y privadas,
reunidos frente al monumento de la Estela de Luz – que costó más de mil
millones de pesos al erario público –, quienes dejaron un pliego petitorio para
exigir la democratización de los medios de comunicación, la defensa de la
libertad de expresión y el derecho a la información; así como para mostrar su
repudio a figuras enquistadas en el ámbito político, como Elba Esther Gordillo,
dirigente del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, o en
contra del candidato priísta a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, cuyo entorno
tomó el camino de la descalificación ante las muestras de rechazo. Según el
Instituto Federal Electoral, los jóvenes representan nada menos que más de 14
millones de votos en estas elecciones, de un total de 79.4 millones de
votantes.
Los participantes pertenecientes a la UNAM, IPN, Universidad
Iberoamericana, UAM, Tecnológico de Monterrey, Universidad Anáhuac, Claustro de
Sor Juana, Universidad Autónoma del Estado de México, de la escuela de
periodismo Carlos Septién, entre otras instituciones, pidieron entre mantas y
consignas una cobertura objetiva de los medios de comunicación, y apuntaron los
dardos a las dos televisoras más grande de México, Televisa y a TV Azteca.
También demandaron que el acceso a internet sea un derecho incluido en el
artículo 1 de la Constitución y que sea efectivo.
“¡Gracias Ibero por correr a ese culero!”, “¡Elba Esther,
Elba Esther, tú también vas a caer!”, “La elección 2012 no es una producción de
Televisa”, “Queremos escuelas, no una pinche Suavicrema (en referencia a la
Estela de Luz)”, “La verdad nos hará libres”, “Las encuestas mienten, la
presencia no”, “La información en manos de las masas”, “¡Basta de manipular!”,
fueron sólo algunas expresiones de lo jóvenes del ya denominado Yo soy # 132.
¿Pero qué fue lo que desencadenó estas inéditas reacciones?
Todo arranca con la visita que hiciera el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto
a la Universidad Iberoamericana, donde fue reprobado por gran parte de los
estudiantes, sobre todo ante su postura sobre las protestas en el poblado de
San Salvador Atenco, en 2006, cuando una represión del gobierno de estado de
México, que encabezaba por esos días el ahora aspirante presidencial, y que
dejó un saldo de más de 250 detenidos, dos muertos y varios heridos.
“Asesino”, y “Fuera”, fueron los calificativos más suaves
que dirigieron al candidato obligándolo ingresar a un baño para no poner en
riesgo su integridad física ante el calor de la protesta que lo rodeó en pocos
minutos.
Tras estos hechos, el líder nacional del PRI, Pedro Joaquín
Coldwell, señaló primero con cautela: “un puñado de jóvenes que no son
representativos de la comunidad de la Ibero que asumió una actitud de
intolerancia respecto a los planteamientos que hacía nuestro candidato”, y
consideró que cometieron “faltas de urbanidad y de respeto”.
Apuntó a que había un “envenenamiento” en la actitud de los
jóvenes. “A mí me apenó ver a algunos estudiantes que tuvieron la oportunidad
de hacerle preguntas al puntero en la carrera presidencial y las desperdiciaron
totalmente... si bien se vale manifestar sus tendencias políticas hay un marco
de ideas que caracteriza el prestigio universitario”, comentó Joaquín Coldwell,
en entrevista con Radio Ibero, la emisora de la universidad privada.
Acaso lo que más encendió la mecha, fueron los vocablos
utilizados por Arturo Escobar, del Partido Verde, quien calificó a los jóvenes
de la Ibero como: “porros” y “acarreados”.
Días después apareció en YouTube el video “131 Estudiantes
de la Ibero”, en el que con nombres y números de matrícula, le dicen a los
dirigentes que no son ni porros ni acarreados. Hasta el cierre de edición el
video (aún con una rudimentaria edición) suma más de un millón de vistas.
En las imágenes aparece un letrero con fondo blanco y letras
rojas que dice:“Los estudiantes respondemos”, y luego varios jóvenes leen un
comunicado dirigido al líder nacional priísta, Pedro Joaquín Coldwell, al
también tricolor Emilio Gamboa, así como para Arturo Escobar y los medios de
comunicación que los ligaron con el Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena) que promueve a Andrés Manuel LópezObrador, aspirante presidencial de
las izquierdas.
Las grabaciones las hicieron los jóvenes con identificación
en mano y con las mismas cámaras de sus computadoras.
No todo quedó ahí. En las redes sociales el tema se
amplificó aún más. El hastag “@marchayosoy132” comenzó a circular, lo que
devino en la marcha que se comenzó a gestar gracias a las posibilidades que
ofrecen las redes sociales, que ya han cumplido un preponderante rol en la
caídas de regímenes autoritarios como en Túnez y en Egipto, en la llamada
Primavera Árabe.
El peregrinar de los 132
La cita fue acordada a las 17 horas en la Estela de Luz,
donde cerca de 3 mil jóvenes se movilizaron hacia el Ángel de la Independencia
y de ahí partieron a Televisa Chapultepec, a los que se fueron sumando cada vez
más jóvenes hasta juntarse más de diez mil.
Al arribar la televisora más grande de México, exigieron un
manejo equitativo de los medios de comunicación en la cobertura del proceso
electoral rumbo a los comicios presidenciales del próximo 1 de julio y la
transmisión en cadena nacional del segundo debate presidencial, que se llevará
a cabo el próximo 10 de junio.
Se quedó un grupo a las afueras de las instalaciones de esa
televisora a esperar la llegada de Peña Nieto, para grabar el programa de
opinión nocturno, Tercer Grado. Otro contingente arribó al Zócalo capitalino,
donde entonaron el Himno Nacional.
Evidentemente no sólo fueron los estudiantes los únicos que
salieron a las calles a expresar su inconformidad, sino que también aglutinó a
activistas sociales y a intelectuales. Entre los asistentes a la manifestación
estuvo el historiador Adolfo Gilly, así como el escritor Paco Ignacio Taibo II,
a quien incluso los estudiantes cedieron la palabra para que diera un breve
mensaje en el que aseguró que estas manifestaciones demuestran que los jóvenes
no están condenados a la apatía y a la indiferencia.
También estuvo el líder del Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad, Javier Sicilia, para mostrar su apoyo y solidaridad a los
jóvenes, quienes respondieron con aplausos, le pidieron fotos y agradecieron su
presencia.
"Yo quisiera ver a mi hijo aquí. No lo puedo ver, pero
lo veo en los miles de muchachos que están acá", dijo el poeta convertido
en activista.
Sin partido, pero representando el descontento. Los
manifestantes aseguraron que el movimiento se mantendrá apartidista y sin
liderazgos, que sólo son la muestra de que miles de jóvenes en el país están
insatisfechos con la situación económica y política en México, por lo que
convocaron a la organización de todas las universidades, tanto nacionales como
estatales.
La mayoría de los participantes calificaron este movimiento
como “espontáneo”, aunque aseguraron que continuará. En la página web del
movimiento, se anuncia que habrá un “apagón de tv” a nivel nacional, que se
realizará el 30 de mayo, de las 19 a las 21 horas, además, movilizaciones en
otras ciudades del país.
No sólo en la Ciudad de México salieron los estudiantes y
jóvenes a mostrar su descontento. También hubo protestas en Guadalajara,
Querétaro, Oaxaca,Tijuana y otros lugares del país.
Una muestra más de que los jóvenes no son el futuro del
país, sino el presente y que nadie ha atendido sus demandas, ni siquiera los
aspirantes a la Presidencia de la República.