Ciudad de México a 6 de febrero de 2017.- Más allá de
haberse puesto oídos sordos a las protestas de la comunidad de la delegación
Tlalpan para la constante intromisión e invasión a su territorio con obras
atentatorias contra su medio ambiente, bienestar social y su calidad de vida,
las autoridades capitalinas han ido minimizando los derechos de los pobladores
de la demarcación y soslayando su legítimo legado centenario. Un atentado más
lo es el megaproyecto Patio Tlalpan, considerado así por la comunidad tlalpense.
Después de muchas controversias vecinales, en las que los
vecinos anduvieron de Herodes a Pilatos tratando de que las autoridades
delegacionales y del gobierno capitalino les diera respuesta, finalmente el 27
de noviembre de 2014 la Secretaría, a cargo de Tanya Müller, emitió la
resolución administrativa SEDEMA/DGR/DEIA/013145/2014, en la cual autorizó,
entre otras cosas, el derribo de 166 árboles como parte de la construcción de
una plaza comercial en el predio que ocupara la clínica psiquiátrica San Rafael,
en Insurgentes Sur a la altura de Santa Úrsula Xitla.
A partir de entonces y tras dos años de expansión, el
megaproyecto Patio Tlalpan ha derribado más de 700 árboles según consta en
documentos oficiales y ha mantenido su ritmo de construcción pese a la objeción
expresa de vecinos y algunas tibias acciones de la actual delegada Claudia
Sheinbaum, quien señala al gobierno central de la Ciudad de México como
responsable de las autorizaciones irregulares para erigir el proyecto en
Insurgentes Sur 4177, sitio controvertido desde que ahí se localizaba una casa
de salud mental, pero eso es otra historia.
Protestas de los vecinos desde el rumor de construir una
plaza comercial en 2012 y hasta ahora sólo habían sido tomadas como aisladas
hasta que una vecina entabló proceso contra Patio Tlalpan. El inmenso poder de
la desarrolladora MRP (www.mrp.com.mx) México Retail Propierties, cuyas
oficinas corporativas se encuentran en Bosques de las Lomas, en Paseo de
Tamarindos 90, Torres II, Pisos 3 y 4, en la Ciudad de México, cuyo CEO es
cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Ante el visible atropello a los deseos de los vecinos de la
delegación Tlalpan, quienes no desean y no se les consultó respecto al
multicitado desarrollo, a la perjudicial tala de árboles consecuente y a otras
afectaciones a su calidad de vida, recientemente el juez 16 de lo
Administrativo, el chiapaneco Carlos Amado Yáñez, falló en contra de los
vecinos y denegó el amparo.
Pueblo originario
Santa Úrsula Xitla, donde erigen la controvertida
construcción de Patio Tlalpan, es uno de los 12 pueblo originarios de la
delegación Tlalpan. Su nombre proviene del náhuatl, “Xictli”, que quiere decir
“ombligo” y del colonial “Santa Úrsula”, virgen y mártir, asentada a las faldas
del Cerro Xitle.
Esta parte de la ciudad se pobló a partir del año 1500 a
1150 a. de C., por otomíes que llegaron a las faldas de la sierra del Ajusco
fundando Cuicuilco, Ajusco y Topilejo en diferentes épocas. A través de un
proceso de evolución Cuicuilco es el primer asentamiento urbano en la cuenca
del Valle de México. Cerca del año 100 a. de C. hubo una erupción del volcán
Xitle y para 300 d.C. fue cubierto en su totalidad, según narra el antropólogo
y arqueólogo Román Piña Chan y dejó sin asentamiento el lugar por muchos
siglos.
Tras la conquista, Tlalpan se conoció sólo como “Agustín de
las Cuevas” y tuvo su fundación cerca de 1521, conocida como cabeza doctrinal
por el templo construido en 1547, por la advocación del santo patrono San
Agustín y el accidentado terreno lleno de cuevas como “La Moneda”, “La Monja” y
“El Diablo”, producidas por las continuas erupciones del volcán.
La Parroquia de San Agustín de las Cuevas, primera
edificación parroquial que se fundó en 1532, rehecha en 1647, consta en el
Códice Aubin y se menciona en el Códice Mendocino, documentos que en sus Anales
confieren la legítima posesión de los pobladores precoloniales en los
asentamientos alrededor del Ajusco, como lo es Tlalpan.
El abolengo de los pobladores de Tlalpan que se resisten tenazmente
a ver saqueada su agua, a ser acorralados por la circulación excesiva de
tránsito vehicular y a tener un impacto ambiental en basura, ruido y saqueo
continuo, es innegable. Pero su lucha en tribunales topa con el poderío de las
redes de Jerónimo Marcos Gerard Rivero, cabeza visible de la desarrolladora de
Patio Tlalpan.
Magnate retailero
El desarrollador Gerard Rivero puede estar incurriendo en
tráfico de influencias, cohecho u otros delitos, pues es cuñado del ex
mandatario Carlos Salinas de Gortari, afamado por tejer redes de dinero y poder
desde que estaba en el gobierno de México. Gerard Rivero, hermano de la segunda
esposa Salinas es miembro del consejo de poderosas firmas, como consta en el
siguiente perfil publicado por la Bolsa de Valores de México.
Jerónimo Marcos Gerard Rivero -Presidente y CEO del Grupo
México Retail Properties (MRPP).
Aparte ser primer ejecutivo de MRP, también es Consejero de
AMEXCAP, Vicepresidente de la Asociación Mexicana de Fondos Inmobiliarios y de
Infraestructura (AMFII), Consejero de la Bolsa Mexicana de Valores, Consejero
del Grupo Mexicano de Desarrollo S.A.B., Responsable de fondos de inversión
privados en México para “The Latin América Entreprise Fund”, Presidente de
Infraestructura Institucional y Consejero de Telefónica México.
Funge como Vicepresidente del Consejo de Olimpiadas
Especiales de México y Profesor de Microeconomía en el Instituto Tecnológico
Autónomo de México (ITAM). Ha ocupado los cargos de CFO de Telefónica Móviles
México y CEO de Telefónica B2B y trabajó en Goldman Sachs & Co. También
fungió como Asesor del Vicesecretario de Finanzas del Gobierno Mexicano de
Carlos Salinas durante todo su mandato presidencial (1988-1994).
Pertenece también al consejo de administración de ACCIONA,
S.A., una superempresa dedicada a la energía eólica. ACCIONA es el principal
productor de energía eólica de México, con 556,5 MW instalados y distribuidos
en cuatro parques eólicos situados en Oaxaca, lo que representa el 28% de la
potencia operativa en el país a finales de 2013.
Contra ese poder económico se enfrentan los vecinos,
habitantes de la delegación Tlalpan a quien nadie preguntó, escuchó, ni
solicitó permiso para construir Patio Tlalpan, a costa de su agua, drenaje,
movilidad y respeto como pueblo originario del Valle de México.
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