lunes, 27 de abril de 2015

Los Viejos Cadetes de L. dan a conocer nueva portada con material discografico

Los Viejos Cadetes de L.
del Viejo de Viejos "Don Chava"
estrenan nueva portada


Festejan sus 50 años de trayectoria musical con 24 grandes éxitos del momento 

viernes, 17 de abril de 2015

Libertad de expresión conquista social irrenunciable en México: EPN


El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, aseguró hoy que “la libre manifestación de las ideas es una conquista social irrenunciable en nuestro país, que hoy forma parte de la normalidad democrática de México”, y el mejor ejemplo de ello “es la vitalidad y diversidad de los medios impresos y electrónicos de todo el país”.

Apuntó que la comunicación que se ejerce en nuestra nación “se sustenta en la libertad de expresión y el derecho a la información”.

El Presidente Peña Nieto recordó que en México se publican cerca de 600 periódicos y circulan más de 650 revistas, “poniendo las noticias y su análisis al alcance de mexicanos de todos los sectores sociales”. Además, dijo, “en el territorio nacional hay más de 2 mil 500 emisoras de radio y televisión que transmiten cientos de programas informativos y de entretenimiento”.

Al encabezar el evento de cambio de Presidencia del Consejo de la Comunicación, el Primer Mandatario subrayó que “en las páginas de la prensa y en los medios electrónicos miles de analistas y articulistas, desde una amplísima gama de posiciones, reflexionan sobre los sucesos más trascendentes de la actualidad”.

“A ello se suman cientos de portales y blogs en internet, así como las redes sociales, donde millones de mexicanos se informan y se expresan con libertad todos los días”, añadió.

Agregó que de acuerdo con datos del INEGI, entre 2012 y 2014 el número de usuarios de internet en México creció 16 por ciento, al pasar de casi 41 millones de usuarios, a 47.4 millones. “En estos mismos dos años, se estima que las cuentas registradas en nuestro país de redes sociales como Facebook y Twitter se incrementaron en más de 10 millones cada una de ellas”, precisó.

“Todos estos hechos reflejan con claridad que México es un país plural, participativo y de libertades”, indicó.

Apuntó que la comunicación “nos permite conocernos mejor y crear conciencia social, y también es el medio para informar a la ciudadanía y dar voz a nuestra pluralidad. Es un instrumento imprescindible para promover la libertad, el debate y la adecuada toma de decisiones en asuntos de interés público”.

El Titular del Ejecutivo Federal refirió que por convicción personal y democrática, como Presidente de la República, seguirá “trabajando para asegurar la vigencia plena de las libertades que reconoce nuestra Constitución”.

Señaló que “en la escuela o la oficina, en el hogar o en espacios públicos, a cualquier hora del día, los mexicanos estamos cada vez más conectados y mejor informados”.

Explicó que los medios de comunicación tradicionales y las nuevas tecnologías de la información “fortalecen nuestra democracia, al fomentar el diálogo, el debate y el entendimiento”.

El Primer Mandatario expresó su reconocimiento al Consejo de la Comunicación, que desde hace 55 años “ha sido una voz propositiva, comprometida con las grandes causas de la sociedad mexicana”.

En el evento, el Presidente Peña Nieto entregó a Demetrio Bilbatúa el Premio Nacional de la Comunicación, que otorga el Consejo de la Comunicación, y le manifestó su reconocimiento por haber difundido, a través de más de mil documentales, “la gran riqueza natural, histórica y cultural de nuestro país, así como el esfuerzo colectivo de los mexicanos para construir un futuro de bienestar y progreso”.

Informó que dará indicaciones al titular de la Secretaría de Educación Pública para llevar a cabo el trámite correspondiente para recibir la aportación del maestro Bilbatúa, quien hizo pública su decisión de obsequiar al país su acervo documental, que recoge imágenes de la evolución de México en los últimos 60 años.

lunes, 13 de abril de 2015

Por exceso de velocidad cae al precipicio


Pedro Infante ídolo de México aparece en imagen de convoy

  • El tren es el quinto recuperado en dicha Línea que da servicio a 480 mil usuarios al día.



El cantante y actor Pedro Infante, originario de Mazatlán, Sinaloa, y uno de los más grandes artistas que ha dado México al mundo en el último siglo, es quien engalana con su figura el tren 23 de los que estaban sin dar servicio al público usuario del Sistema de Transporte Colectivo (STC).

El tren motrices M0110/M0115 es uno de los 58 modelo MP-68 que datan de los años 1969 a 1972 y uno de los 36 asignados a la Línea B.

Puesto en servicio este domingo para el traslado de 480 mil usuarios al día que provienen en su mayoría del Estado de México -particularmente del municipio de Ecatepec, el más poblado del país-, se trata del quinto tren recuperado para la Línea B en los pasados 14 meses con una inversión global de 86 millones 70 mil 635 pesos.

Este convoy, revisado en el Taller de Mantenimiento Mayor Zaragoza, no contaba con escobillas positivas que sirven para captar de la barra guía el voltaje de 750 voltios que se utiliza para la alimentación de los equipos eléctricos.

Asimismo, le fueron colocadas ruedas de seguridad, entre otros recursos materiales, con costos que ascendieron a un total de 17 millones 505 mil pesos.

Pedro Infante es un personaje popular por excelencia que se encuentra en el imaginario colectivo de millones de mexicanos y, en el caso particular de la CDMX, no cabe duda su identificación citadina a través del policía de tránsito en su película A toda máquina y del boxeador, en Pepe el Toro.

Trabajó desde muy joven. Aprendió carpintería y peluquería. Él mismo hizo su primera guitarra y la usó para cantar con ella. En 1932 entró a la Orquesta Estrella de Culiacán. Viajó en 1939 a la Ciudad de México, donde obtuvo un contrato en XEW.

Apareció en más de 60 películas, alternó el melodrama popular con comedias urbanas y con aventuras de charros. Encarnó a personajes inolvidables, desde el sencillo obrero hasta el indio en Tizoc, Pepe el Toro, el Seminarista, el mecánico de Necesito dinero, el charro de Rancho grande, el policía de A toda máquina, entre otros filmes.

La historia indica que de la extensa galería de estrellas del cine mexicano, Pedro Infante logró colocarse en el pedestal de los artistas más consentidos por el público. Sus canciones y sus películas han sobrevivido a varias generaciones y se mantiene en ese lugar privilegiado en el corazón de sus seguidores que año con año recuerdan su memoria tal y como en esta ocasión lo hace el Metro de la CDMX.


Pedro Infante a 3 días de cumplir 58 de muerto, se une de esta manera a personalidades con presencia en la imagen de los trenes recuperados, como es el caso de María Félix, Octavio Paz,  Gabriel García Márquez, Francisco Gabilondo Soler Cri Cri, Gabriel Vargas (creador de la Familia Burrón) y José Vasconcelos, entre otros que aportaron en vida todo su talento.

Semana Santa en Nauzontla Puebla


Celebraron la Pasión de Cristo católicos de esta región de la Sierra Norte de Puebla.

Algo más que palabras

Nuestro común horizonte ha de ser vivir unidos

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

Vivimos en la era del cambio. Cada momento tiene su pulso, pero también su pausa; sobre todo, para renovarse. El panorama actual no es nuevo, pero si distinto. No es desconocida la letra. Necesitamos crecer, más interiormente que exteriormente; vivir respetando y respetándose asimismo; y, en todo caso, alentando a convivir si no queremos morir en el desconsuelo y en la desilusión. En cambio su espíritu, sí que es diferente, somos diversos y esto es inevitable, aunque hemos de compartir valores comunes. De ahí la necesidad de diálogos sinceros, de compromisos de colaboración y cooperación, para poder afrontar con unidad y unión los problemas y, de este modo, transmitir esperanza. La reciente cumbre de las Américas, donde por primera vez en más de cincuenta años, un presidente de Estados Unidos y otro de Cuba hablan cara a cara en una reunión, ha de propiciarse mucho más por todo el orbe. Necesitamos entendernos por poder cohabitar. Estoy convencido de que sólo una especie que se comprende, que se afana en vivir para su linaje independientemente de su cultura, se perpetuará. Nuestra respuesta a quiénes somos y por qué vivimos, está precisamente en esa vida donada a nuestros semejantes.

Por otra parte, tenemos que lograr el bienestar para toda la especie sin el sacrificio de nadie.  Ningún ser humano puede ser excluido de los bienes básicos, ni de los servicios públicos. Nos merecemos, únicamente por haber nacido, la dignidad de persona, con lo que ello conlleva de deberes, pero también de derechos. No es ético que los pobres subsistan de las migajas que caen de la mesa de los pudientes. Tampoco es ético que la ciudadanía, según el lugar de nacimiento, tenga más o menos acceso a la educación, a la salud, o a la misma seguridad.  La forma de conseguir esa estética ciudadana, donde todos ayudemos a todos,  requiere de más autenticidad ante todo con las prácticas democráticas, los derechos humanos y el empoderamiento de la mujer. En muchos países aún las mujeres se sienten súbditas, ciudadanas de segunda clase, con poca voz y muchas obligaciones. Por eso, es vital proseguir con esa revuelta condescendiente con los más débiles, ofreciéndoles posibilidades de desarrollo. Unas veces por nuestra propia negligencia o dejadez, otras veces por la falta de cooperación entre los Estados, lo cierto es que hay muchos seres humanos sin posibilidad de hacer valer sus derechos, recluidos en la resignación, y sin posibilidad alguna de dejar este mundo que les utiliza y margina.

Por desgracia, la mentalidad contemporánea parece oponerse a esta unión y a esta unidad del género humano. El clan de los dominadores no deja espacio para una alianza verdaderamente justa, porque es cuantioso el fingimiento y el egoísmo que tenemos injertado en vena, impidiendo que podamos romper la barrera de la frialdad que suele gobernar hoy el mundo. Nos hemos vuelto tan insensibles que nada nos conmueve. Predicamos mucho, pero hacemos nada por los que nada tienen. Siempre es lo mismo. La palabra fácil, la acción imposible. Hablamos de un futuro brillante y sostenible, de un mañana próspero, con equidad, en el que nadie quede rezagado, pero lo cierto es que cada día la desigualdad se acrecienta y los buenos propósitos se olvidan. Ciertamente, es nuestro deber e interés común fortalecer los lazos que nos unen a la luz de los diversos desafíos comunes, tales como el terrorismo o la misma migración. El éxito de seguir avanzando, y no retrocediendo, va a depender del grado de seriedad que la ciudadanía tome con los principios de la cooperación internacional. El mundo en el que vivimos hoy en día es un mundo cargado de vicios y corrupción, del que tenemos que huir, creando un futuro compartido, que promueva un más equitativo crecimiento para que favorezca la armonía entre sus moradores más allá de las pluralidades culturales.

Por consiguiente, considero vital romper con tantas barreras excluyentes. No podemos, ni tampoco debemos transigir, que la desunión o la desventaja impere por el mundo. Quedarnos cómodamente cruzados de brazos es lo que hemos de evitar en todo momento. Indudablemente, se pueden cambiar muchas cosas para mejorar el común horizonte de la especie humana. Cada país, cada pueblo, se enfrenta a circunstancias específicas, pero en su acervo, a todos ha de movernos a mejorar la manera de trabajar juntos. Sí los países adoptan políticas sociales, eso beneficiará a sus poblaciones, pero también contribuirá a reducir el número de migrantes. Lo mismo sucede con los países que adoptan políticas benignas para el clima, eso beneficiará a sus ciudadanos principalmente, pero por igual contribuirá a reducir las emisiones mundiales. Son por estas razones que necesitamos políticas que no marginen, sino que incluyan, máxime en un planeta cada día más interconectado, donde todo, para bien o para mal, nos  afecta.

Es hora de que la especie humana despierte del letargo y salga del mundo de los horrores hacia otros espacios menos sangrientos y más de convivencia. El panorama en cierta manera es desolador. Mientras unos caminan vacíos de amor, otros andan vacíos de bien. A todos nos consta que no hay nada más antinatural que la maldad, pero ahí está, con su aluvión de atrocidades y crímenes. Justo para que triunfe esta atmósfera diabólica, sólo es preciso que los buenos no hagan nada por remediarlo. Por ello, deberíamos pensar en fortalecer la reconciliación de los humanos y, esto es posible, gracias a la conversión de nuestros propios corazones. Nuestros interiores no pueden seguir endureciéndose. Tenemos que escucharnos más. Los gritos ciudadanos a veces no los oímos. Estamos petrificados en multitud de cosas y lo verdaderamente importante no lo captamos. Deberíamos, pues,  reflexionar mucho más sobre esos seres humanos atormentados, y así, poder rescatarnos del malvado espíritu de ideas materialistas, hacia otro hábitat más despejado, donde la armonía entre tranquilidad y actividad, forme parte del fondo espiritual de las nuevas generaciones.

En suma, que si nuestro común horizonte ha de ser vivir unidos, lo que requiere gratuidad en un mundo donde todo se compra y se vende, ha de empezarse por un sustento moralista, cuando menos para despojarnos de tristeza, de amargura, de pesimismo. Este desprendimiento no es fácil. Es más bello recoger, cosechar, ser acogido. ¡No tengamos miedo de aproximarnos, de tender la mano!. La vida es para todos. Aunque el primer paso ha de ser siempre hacia los marginados, también debemos ir a las fronteras del pensamiento, para entablar un diálogo razonable y conjunto, teniendo en cuenta que la discordia siempre nos debilita y que la unión nos refuerza. Basta con que un ser humano odie a otro para que el odio se extienda por toda la humanidad entera. Deberíamos pensar en esto. No olvidemos que respiramos todos el mismo aire y que todos somos mortales. No entiendo la desunión, si al final todos vivimos y morimos en este pequeño planeta. Sorprenderse y extrañarse, pienso que es comenzar a convivir. El gran instrumento es el lenguaje, que adquiere mayor entusiasmo, cuando las cosas se hacen con amor y con voluntad de cambio para mejor. O sea, para el bien colectivo de toda la humanidad. 

miércoles, 8 de abril de 2015

Algo más que palabras

El ayudarse unos a otros es un deber

 Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

Entre todos hemos construido tantas dictaduras que precisamos, con urgencia, construir puentes de entendimiento, puesto que está en peligro la convivencia entre culturas diversas. El ser humano se ha empobrecido interiormente, cuestión que afecta sobre todo a los países considerados más ricos, y camina a la deriva de unos intereses mundanos que desesperan a cualquiera. Tenemos que salir de esa miseria y ver la manera de intensificar el diálogo como genuino hermanamiento. En esta tarea es fundamental el papel de los líderes, de las creencias, de los activistas de la cultura, no sólo para hacernos ver más allá de nuestras torpezas, sino también para construir lazos verdaderos de amistad, de modo que cada uno pueda hallar en el otro a un ser dispuesto a tender una mano por su semejante.

Estoy convencido de que el primer deber humano es ayudarse unos a otros; y, de este modo, ayudándonos, injertaremos el bien en nuestras vidas. Las cosas que salen del corazón son así, no tienen explicación, pero nos hacen felices. Obviamente, en la felicidad de los demás, hallamos nuestros propios gozos. Para ello, tenemos que ser más compasivos. Si en verdad fuésemos más espirituales, conoceríamos mejor nuestras habitaciones interiores y tendríamos más clemencia con nuestro propio linaje. Lo decía Albert Camus: "¡Quién necesita piedad, sino aquellos que no tienen compasión de nadie!". Efectivamente, hemos de retornar al amor, y, consecuentemente, por amor todo se perdona, y además todo se salva.

Sí para los creyentes, la cruz de Jesús es la palabra con la que el Creador ha respondido al mal del mundo; también para los que no tengan creencia alguna, la verdadera generosidad interior es un deber que obliga a querernos y a encontrar una respuesta de unidad que, al fin y al cabo, es razón de subsistencia. Necesitamos sostenernos unos a otros, resplandecer como especie, respetarnos y reconciliarnos, sabiendo que un gesto puede herir más profundamente que una espada, o puede curar mejor que cualquier medicina. No tiene sentido encerrarnos en nosotros mismos, en nuestra propia amargura de fracasos, hemos de salir al encuentro con más amor que armas, con más comprensión que intransigencia, con más coraje que miedo.

Evidentemente a la placidez se llega por la senda de la humildad y de la entrega de sí. Dejémonos que la fuerza del amor transforme nuestras vidas, y así encontraremos el camino de la concordia. ¡Cuánta sangre derramada se produce a diario por el mundo!. Para que cesen los conflictos sangrientos sólo hace falta comprometerse, cada uno consigo mismo, para que madure un renovado espíritu de apaciguamiento. Para Gandhi, "no hay camino para la paz, la paz es el camino", y, ciertamente, ese clima armónico comienza con algo tan fácil como verter una sonrisa, dar un abrazo, o simplemente con trenzar un lenguaje que consuele.

El deber de auxilio, pues, en un mundo  herido por el egoísmo que amenaza la vida humana, es tan preciso como urgente. A diario nos desgarran hechos violentos que nos dejan sin palabras. También la misma explotación perversa de los recursos naturales nos desborda. ¡Cuánto sembrador de dolor!. Por desgracia, este desorden, que tantas veces contradice hasta el mismo orden del universo, ha hecho de la sociedad, una manada de irresponsables, que en vez de sentirse estimulados por activar el bien de los demás, únicamente impulsa un progreso inhumano, nada respetuoso con el derecho a la existencia y a un decoroso nivel de vida.

Naturalmente, una sociedad bien ordenada y fecunda humanamente requiere de gobiernos que cultiven los valores humanos a través de las instituciones, dignificando a todo ciudadano provenga de donde provenga. Al respecto, Naciones Unidas apuesta por este año 2015, advirtiendo que es  "una oportunidad histórica y sin precedentes para unir a los países con las personas del planeta, para decidir y emprender nuevas vías hacia el futuro, y así mejorar la vida de las personas en todo el orbe. Estas decisiones determinarán el curso de las medidas destinadas a erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial". Confiemos en que así sea, desterrando de nosotros el miedo, la avaricia, la envidia, el odio y el orgullo.

Quizás el deber más olvidado que tengamos en nuestras agendas del alma sea, precisamente, el deber de asistencia, de servicio permanente hacia todo ser humano. A veces esperamos mucho de los demás, pero nosotros apenas hacemos nada por ellos. En este sentido, afirmaba Concepción Arenal, que "no es tan culpable el que desconoce un deber como el que lo acepta y lo pisa". La falta de coherencia está a la orden del día. Sabemos que es deber aquello que exigimos a los demás, sin embargo olvidamos en ocasiones nuestro grado de exigencia. Pero, ¿por qué esta indiferencia en una generación del pensamiento? Realmente cuesta entender que prosigamos en nuestra fría altanería, y que no estemos abiertos al autentico vocablo de hermano. Seguimos sumidos en nuestro narcisismo. Me importo yo, solamente yo y los míos, y poco más. Exactamente todo lo contrario a esa actitud de gratuidad que nos debemos unos a otros. Parece como si tuviéramos narcotizado el corazón y nada nos afectara. Nos hemos acostumbrado a tantas situaciones de degradación humana que resulta complicado reaccionar ante la realidad de este mal de la dejadez que siempre nos desafía. 

Por eso, pienso que hay que romper el vinculo con esas personas que se han adueñado de nuestra propia vida como si fuese suya, para utilizarla según su interés, sus ideologías, a su antojo y servicio. Indudablemente, ante esta desastrosa situación la reeducación se impone. Menos contenidos, más obras, que aviven los valores de la ciudadanía. El momento que vivimos, un período histórico muy particular, exige una actitud fraterna entre los seres humanos. Los avances técnicos nos han ofrecido posibilidades inauditas de interacción entre los moradores. Ahora bien, la globalización de estas relaciones sólo será positiva y hará crecer el mundo en humanidad si se basa, no en el materialismo, sino en la donación hacia nuestro semejante, que es la única realidad capaz de colmar el corazón de cada uno y de fraternización.

El individuo que se olvida de su estirpe se queda sin historia y sin esperanza y es incapaz de amar a su análogo. En consecuencia, entiendo que es vital priorizar al ser humano, con lo que eso conlleva de crecimiento y maduración de la humanidad. Por desdicha, todavía no hemos aprendido a leer nuestra propia historia personal, a tomar conciencia de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser. Despojémonos de hipocresías e interroguémonos: ¿Estoy verdaderamente dispuesto a servir a la ciudadanía o pretendo vivir de la ciudadanía?. El primero de nuestros deberes, sin duda, es poner en claro cuál es nuestro idea de servicio. En cualquier caso, jamás eludamos nuestro compromiso de respetar tanto los derechos de los demás, como el deber de mantener los propios.

Necesarias políticas públicas para uso de tecnologías alternativas en transporte público


  • Las emisiones de gases efecto invernadero se reducirían hasta en un 80 por ciento con el uso de motores de hidrógeno y eléctricos; en cambio el gobierno federal opta por cambio a biocombustibles


México, D. F.- El cambio climático es hoy uno de los retos ambientales que enfrenta el mundo entero y, sin duda, es el sector transporte de pasajeros uno de los mayores contribuyentes de gases de efecto invernadero, principal detonante del calentamiento global.

De acuerdo con la doctora Michiko Amemiya Ramírez, profesora-investigadora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ante esta situación es necesaria la implementación de tecnologías alternativas en el transporte público, como la utilización de energía sustentable, es decir, abonar por el cambio de motores de combustión por motores con tecnología como hidrógeno o eléctricos, con lo que se estaría disminuyendo considerablemente las emisiones de gases efecto invernadero.

“Un agente altamente contaminante son las emisiones que el transporte público aporta al ambiente. Las emisiones de gases de efecto invernadero están muy relacionadas con el cambio climático y, por tanto, reducirlas a un nivel masivo como lo puede ser el transporte público, implica mejoras en la calidad de vida de los habitantes y en general es una contribución para la mejora de las condiciones de sostenibilidad del país”, dice la especialista, quien abordará este tema durante su participación en el 7º Congreso Internacional del Transporte (CIT) que organiza la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).

Como lo explica la doctora Michiko, experta en energías sustentables, existen motores alternativos que se pueden introducir en el transporte público y con los que se reducirían hasta en un 80 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero, uno de los puntos sensibles del transporte terrestre de pasajeros, quien abundará en el tema durante su ponencia “Combustibles alternativos y sostenibilidad del transporte de pasajeros”.

“Existen motores a base de hidrógeno que si bien producen vapor de agua, son mucho más benignos porque las emisiones de gases de efecto invernadero son más ligeras. En el caso de los motores eléctricos de emisión de gases, sin embargo, su mantenimiento es costoso”.

Si bien estos motores representan una aportación a la mitigación de los efectos del cambio climático, también representan ventajas a nivel económico destaca la doctora Michiko, quien participará en el panel “Medio Ambiente y Transporte” del 7º CIT.

“Existen ventajas en términos de impuestos porque hay programas que disminuyen tanto la tenencia como el número de verificaciones anuales, por otro lado, los beneficios a corto plazo son grandes, ya que se estaría abonando a que la población respire un aire más limpio. Además, el transporte público podría recibir apoyo de entidades internacionales, pero se requiere montar una infraestructura que permita el uso de este tipo de motores”, advierte la especialista.

Al tocar este punto, la doctora subraya la necesidad de tener una infraestructura relacionada a este tipo de motores ya que el cambio no puede ser individual, debido a que implica un alto costo, por lo que es necesario contar con políticas públicas encaminadas a fomentar el uso de este tipo de alternativas sustentables en el servicio público de transporte.

“La infraestructura para este tipo de motores no está tan extendida, entonces al hacer un cambio de tecnología lo que se tendría que hacer es pensar no sólo en el cambio de motores sino en el cambio de infraestructura para lo cual se requiere el apoyo de las autoridades correspondientes. Necesitaríamos una infraestructura relacionada a este tipo de motores, el cambio no puede ser individual porque implica un alto costo, se necesita una política pública en pro de estas tecnologías alternativas”.

Y es que, como lo explica la doctora Michiko, las políticas existentes en esta materia están implementadas a otro tipo de cambios como el uso de los biocombustibles. “Por el tipo de decisiones que toma el gobierno federal, uno se da cuenta que la política pública está más implementada a otro tipo de combustibles, se está haciendo un cambio hacia biocombustibles en vez de optar por tecnologías de emisión cero, como pueden ser los motores de hidrógeno o los motores eléctricos”, explicó.

Finalmente, la también académica señala que el cambio de tecnologías implica, además, tomar conciencia de la situación ambiental que enfrentamos todos, por lo que se requieren acciones conjuntas para generar un cambio real o por lo menos lograr mitigar y frenar los impactos que genera el cambio climático.

“Lo que implicaría el cambio de tecnología es que cada quien tome consciencia y tenga una acción para hacer un cambio y no solamente dejar que lo hagan las grandes empresas o el gobierno. Mi trabajo es analizar las diferente tecnologías, dar las alternativas que existen y cómo se podría implementar, y creo que tenemos que empezar a pensar como un conjunto para poder aportar a la mejora de calidad de vida de todos los habitantes”.

La doctora Michiko Amemiya Ramírez, profesora de la Facultad de Ingeniería de la UNAM participará en el 7º Congreso Internacional del Transporte, que organiza la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), donde abordará temas sobre medio ambiente y transporte con la mesa: “Combustibles alternos y sostenibilidad del transporte de pasajeros”.

El Séptimo Congreso Internacional del Transporte que organiza la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad, presidida por Jesús Padilla Zenteno, se realizará del 23 al 25 de abril en la explanada de la Delegación Cuauhtémoc.