No obstante que en múltiples encuestas ha quedado demostrado que a los mexicanos les disgustan los partidos políticos, sus dirigentes formales no entienden y aceptan que ello se debe a que los vinculan a la imagen de los malos políticos, de lo corruptos ineficaces, quienes han deteriorado una elevada actividad humana: la política. En la historia mundial, nunca o casi nunca se ha visto que un partido que pierde las elecciones, reconozca su derrota, su debilidad, y decida unirse a otro. En México hemos visto pasar a muchos de estos que le han costado un dineral a los contribuyentes, a la sociedad. En parte, eso ha producido que los partidos políticos nacionales solo se acuerden de las entidades federativas sólo cuando hay elección de gobernadores, o en las elecciones federales, sólo cuando van en busca del voto. Lo peor de todo es que los partidos nacionales con registro no disponen de un proyecto político específico para cada estado y municipio del país. Lo improvisan antes de que inicie cada elección. Todo se limita a expresiones grandilocuentes, a verborrea. Por ello hoy, lo que tenemos que hacer es construir una red social, que involucre a todos los niveles de la sociedad civil que permita que este poder ciudadana se emancipe frente al poder del Estado.
Hay enormes cantidades de mujeres, jóvenes y hombres que lo único que necesitan es decidirse a participar, capacitarse, y luego ponerse en movimiento. Para ello vamos a echar andar el proyecto de los parlamentos ciudadanos de cada entidad federativa; luego, propondremos la constitución de los cabildos ciudadanos en cada municipio del país y; en un a etapa de mayor desarrollo organizacional, propondremos el surgimiento de las semillas ciudadanas, para que todo mundo participe, para que nadie quede fuera.
Para que la sociedad influya determinantemente en la toma de decisiones del gobierno, sobre todo en el uso y aprovechamiento de nuestras contribuciones fiscales.La estructura ampliada de parlamento ciudadano de México será la de una sociedad civil urbana, como la mayoría de la población, y rural, porque es la población que demanda urgente atención. Seremos una organización no gubernamental de ciudadanos del campo y de la ciudad; una organización abierta, de ciudadanos, no de militantes. Ahí están la inmensa mayoría de los electores independientes, aquellos que han sabido salirse del cajón del llamado "voto duro" de los partidos, o de los abstencionistas que necesitamos motivar.
Si sabemos organizarnos lograremos la movilización para la lucha política decidida, contra los manipuladores, demagogos y abusadores del poder. Luchar para hacer realidad la transformación de millones de compatriotas de súbditos a ciudadanos, por la formación del ciudadano del Siglo XXI.
Seremos una organización de ciudadanos y para los ciudadanos; una organización que busque, canalice opiniones e intereses colectivos y contribuya a la superación del conflicto social; una organización que impulse democráticamente los nuevos liderazgos y las misiones más nobles de sus dirigentes.
Seremos una organización que diseñe propuestas y las someta a la discusión y a la reflexión colectiva sin las trabas de la disciplina partidocrática. Una organización que recoja las nuevas ideas, las organice y las propague. Que sea capaz de canalizar la participación y la información inherentes al propio sistema democrático. Una organización que no sea un pretexto de complicidades para la realización de propósitos personales. Una organización completamente abierta, de ciudadanos libres, no de militantes. Una organización que se conserve en comunicación permanente con los ciudadanos, no alejada de ellos. Una organización que contribuya a formar las nuevas instituciones que el país necesita y que lo haga con auténtico patriotismo. Una organización en la que luchemos para construir un nuevo México para todos, mujeres y hombres, sin distingo de razas, ni exclusiones de ninguna especie. ¿Y usted, cómo la ve? Politólogo.
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