Aires de autenticidad
“Todos tenemos algo que compartir o enseñar”.
Reconozco que me
ensimisma doquier aire de autenticidad, hasta volverme épica e injertar sueños
de caminante. Ciertamente, me alivia el susurro de la brisa en los labios del
alma y el melódico universo en el que vivo, me aproxima a un abecedario de
gozos compartidos, que me hacen más fácil el andar por esta tierra de todos y
de nadie. Por tanto, necesitamos penetrar en los silencios del verso, y
entender la significación de la poética prendida sobre el horizonte de la
soledad, quizás entonces comprendamos que cada voz es única, que cada paso es
singular, que cada latido es afluente dispuesto a hermanarse, abriéndose a la
pureza de los lenguajes, que es donde comienza el deleite y termina la
sabiduría. Jamás le pongamos grilletes al despertar. Hemos de libremente
renacer cada día, con el persuasivo ritmo existencial de cohabitar entre
poesía, como un cantor más en guardia.
Sí, en efecto, como ya en su tiempo dijo el inolvidable
filósofo griego Platón, “al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta”; y
así es, la única fuente de luz certera es el espíritu de la verdad, la efectiva
revolución que nos resta llevar a buen término para conseguir ser esa lírica
que nos purifique todo egoísmo andante. Ya está bien de engañarnos, de ser
nuestros propios enemigos, de no ser capaz de cambiar el corazón, pues lo
importante no es amar de palabra, sino con obras. Para desgracia nuestra, en el
planeta, lo que proliferan son las violaciones y los abusos, el uso excesivo de
la fuerza, las torturas y los malos tratos, los asesinatos y las detenciones
arbitrarias, el desamor en suma, obviando algo fundamental como es la
pertenencia a un tronco común de especie pensante y el vínculo a ese poema
existencial del que todos, absolutamente el colectivo total, formamos un solo
mundo, que no es otro que el humano, desde su diversidad y su conjunción de
atmósferas. De ahí, lo significativo que es aprender a amar; y, sobre todo, a
dejarse amar.
Quien no sabe amar, tampoco sabe vivir. Si fundamental es
aprender a querernos, para poner orden y calma en nosotros mismos, también
tenemos que ejercitarnos a mirar con buenos ojos aquello que nos rodea, y que
es indispensable para que la rítmica de la biodiversidad no se oscurezca. De
igual modo, tenemos que asimilar lo de ser justos para que lo bello no se
degenere. Hemos de reconocer, no obstante, que hay un sentimiento de injusticia
verdaderamente conmovedor, en parte debido a la creciente desigualdad, incluso
dentro de los propios países. En cualquier caso, hemos de pensar que todo lo
auténtico es costoso, requiere tenacidad y esfuerzo, coraje y responsabilidad.
La cuestión pasa por aprender unos de otros, es la única manera de crecer
humanamente y de fraternizarnos. No hay otro modo, que el cooperante. Todos
tenemos algo que compartir o enseñar. Sea como fuere, no olvidemos que unidos
podemos lograr lo imposible, divididos no podremos transformar nada, ni la vida
de las personas, ni superar el cambio climático que a todos nos afecta.
Por consiguiente, es el momento de hallarse en la placidez
del pensamiento respirando hondo, junto con la libertad de ánimo, el sentido de
la justicia y la consideración hacia toda vida por minúscula que nos parezca,
abriéndonos además a una mística planetaria donde todos hemos de tener
presencia. No podemos salir de esa paz que ansiamos, tampoco de esa belleza que
nos asombra, pero es preciso que nuestras acciones ganen a la mundanidad de las
palabras, con los níveos latidos de nuestros pulsos interiores reconciliados. A
mi juicio, este es el momento de dejarse transmutar y transcender en un órgano
nuevo que se deje inspirar por la verdad, o sea, por el amor. En consecuencia,
hemos de renunciar a la violencia, a la falsedad, a la venganza y al odio; se
trata de convertirnos en otras vidas menos interesadas y más justas, que
reconozcan la dignidad y las necesidades del análogo, buscando la colaboración
entre todos para crear nuevas alianzas que nos hermanen, para no dejar a nadie
atrás.
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
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