El presidente Andrés Manuel López Obrador refrendó su
compromiso de respetar la autonomía sindical y aseguró que los trabajadores
tendrán libertad; el gobierno, dijo, no tendrá dirigentes favoritos ni
injerencia en sindicatos.
Durante un encuentro con líderes sindicales en Palacio
Nacional reafirmó su disposición al diálogo desde la presidencia o la
Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Al mismo tiempo, sostuvo que es
posible negociar con los factores de la producción y convocó a la clase
trabajadora a transformar a México en unidad y sin confrontaciones.
Resaltó que el apoyo de los sectores obrero, empresarial, de
todas las clases sociales y corrientes de pensamiento, es fundamental para
realizar un cambio verdadero, desde abajo y por el camino de la concordia.
Aseveró que en la actual administración se prioriza el
establecimiento de un auténtico Estado de Derecho, donde se respeta la ley, sin
simulación y con estricto apego a la legalidad.
Recordó las reformas a la Constitución que se han impulsado
en el contexto de la Cuarta Transformación como la aprobación de las reformas
para convertir la corrupción y el fraude electoral en delitos graves; retirar
el fuero y poder juzgar al presidente en funciones por corrupción; crear la
Guardia Nacional y permitir al Ejército llevar a cabo labores de seguridad
pública.
Reiteró su satisfacción por la aprobación de la reforma
laboral, “una demanda de los trabajadores desde hace mucho tiempo que garantiza
la democracia sindical”.
Explicó que con estas modificaciones a la ley, las Juntas de
Conciliación y Arbitraje se convertirán en el Centro Federal de Conciliación y
Registro, nuevo organismo del poder judicial encargado de ejercer la justicia
laboral.
Sobre las reformas pendientes por aprobar, llamó a la unidad
y poner por delante el interés general.
El jefe del Ejecutivo aseguró que el contexto actual es en
el que se ha manifestado una mayor conciencia política por parte de la sociedad
mexicana.
“Somos vanguardia en este aspecto a nivel mundial, por eso
debemos tener confianza al pueblo bueno que tiene inteligencia y un instinto
certero”, expresó.
El presidente también explicó que el Día Internacional del
Trabajo es de protesta, de lucha y exhortó a que siempre haya actitud de
oposición, que no se caiga nunca en la sumisión y que se actúe con absoluta
libertad.
“Que mejoren las condiciones de vida y trabajo. Ubicar a
nuestro país como una potencia con dimensión social, es la apuesta del progreso
con justicia”, remarcó.
Destacó el incremento al salario mínimo y dijo que, aunque
se tienen que mantener equilibrios, debe procurarse nunca más volver a la
política salarial inhumana.
Afirmó que éste siempre debe estar, por lo menos, dos puntos
por encima de la inflación para ir recuperar el poder adquisitivo “lo que se
perdió en la noche oscura y de espanto del modelo neoliberal”.
Reiteró que en esta época “ya no nos dictan la agenda desde
el extranjero. Nada de recetas, ni reformas estructurales. Tendremos nuestro
propio plan de acuerdo con el país soberano que somos”.
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