“Son entonces los pueblos mismos quienes se dejan o, más bien, se hacen dominar, puesto que cesando de servir serían libres. Es el pueblo el que se avasalla, el que se corta la garganta, el que, teniendo la elección de ser siervo o de ser libre, deja la libertad y toma un yugo, consiente a su mal, o más bien lo persigue”. Etienne de la Boétie.
Después de vivir reiteradamente la misma experiencia de contingencias, derivada por las recurrentes inundaciones a que está expuesto el territorio del municipio 122 del Estado de México, mal denominado Valle de Chalco Solidaridad, con una existencia institucional no mayor a 15 años, apenas el 30 de noviembre pasado celebramos su respectivo aniversario como Municipio Libre, más un tanto casi igual de tiempo - considerando el principio del poblamiento - allá por los tiempos finales de 1978, lo que implica hablar de prácticamente una generación de familias que han compartido experiencias similares y de las que en pocas ocasiones se aprende con certeza la lección histórica que da la vida.
Por cierto el ahora municipio fue considerado el espacio de coexistencia más grande de América Latina así definido en la bonanza del Programa Nacional de Solidaridad que distinguió al lugar como la “cuna de solidaridad”, lo que implico entre otros beneficios, incluidos en el paquete de justicia social de aquel momento, la entrega de escrituras públicas a los demandantes de PATRIMONIO, con razón excluidos de dicha oportunidad en su ir y venir cotidiano por la ahora denominada modernamente Zona Metropolitana del Valle de México.
En tal contexto es fundamental un recuento inicial de los daños, que implique la posibilidad de una nueva oportunidad que nos ofrece la lección histórica que da la vida:
1.- Paradójico, después de 1607, cuando se inicio la desecación del antiguo lago de Texcoco, se implemento la fabulosa idea de que la mejor manera para evitar inundaciones seria con la construcción de túneles, en este caso pensando en el entubamiento del canal de la compañía (ahora el Túnel Emisor Oriente), lo mismo se especulaba en el 2000 - hace 10 años –, ahora con información puntual de los más de 12 mil 343 kilómetros de drenaje construido desde los tiempos de Porfirio Díaz y hasta Luis Echevarría, el tamaño de la obra y su “mantenimiento” nos anticipa el fracaso de su diseño, como también el maniqueo político que ello permite a la tecnocracia burocrática en turno – como la que auto representa el titular de CONAGUA -.
Lo cierto es que después de más de 400 años seguimos luchando contra la naturaleza haciendo obras para sacar el agua de la cuenca en vez de aprovecharla. Tan importante como la ausencia de una cultura social que induzca a la gente para que no tire basura en la calle, conserve los recursos hídricos y auxilie el proceso de filtración de la lluvia en el subsuelo, derivado de la explotación de mantos freáticos. Circunstancia última que coloca al sistema todo de drenaje del Valle de México en una situación de obsolescencia.
Según información de estudiosos del asunto nos indica que mientras conducimos al desagüe toda el agua de lluvia que llega a esta cuenca, extraemos conscientemente entre 14 mil y 15 mil litros por segundo del subsuelo, a través de 430 pozos que proveen de agua potable a la mitad de los habitantes de la región. De acuerdo con los datos de la Universidad Autónoma Metropolitana, por cada litro de agua de lluvia que se filtra al subsuelo se sacan tres. Este esquema, apuntan, genera un círculo vicioso. La sobreexplotación hunde al valle en promedio 10 centímetros por año, 60 en el caso de algunas zonas del Municipio 122 del Estado de México; la depresión del suelo incrementa por tanto el riesgo de inundaciones, una de las mayores amenazas del presente y futuro, tan importante como el de la carencia del líquido vital; no obstante se “programan” las obras hidráulicas de siempre para repetir la lección histórica que da la vida.
2.- Por si fuera poco el pasado 5 de marzo del 2010 es pública la noticia que confirma la calificación de riesgo crediticio de largo plazo para el municipio 122 del Estado de México, así la Standard & Poor"s señaló que su limitada base económica sigue reflejándose en bajos niveles de ingresos propios. En su reporte, agregó que la calificación del municipio refleja la capacidad para mantener un desempeño presupuestal adecuado pese al gradual debilitamiento de su balance operativo. No obstante que la calificadora de riesgo crediticio dijo que la nota también refleja la continuidad de la política de deuda conservadora del municipio y su adecuada posición de liquidez esperada para 2010. Lo que es indudable es que dicha “calificación” se da un mes después del rompimiento del canal de la compañía y del sentimiento generalizado de la población de “no tirar dinero bueno al malo”, al pretender arreglos materiales al patrimonio heredado de Solidaridad.
3.- Mientras que la Ley, tan solo en sus Artículos 4º. Y 27 Constitucional, prescriben mínimamente el derecho a una vivienda digna y la intervención del estado para salvaguardar la calidad de vida de los asentamientos humanos; circunstancia que por supuesto implica reconsiderarse seriamente en el municipio 122 del territorio mexiquense y como parte fundamental de la lección histórica que da la vida.
En consecuencia resulta necesario deliberar por lo menos una circunstancia; ¿Cuáles son los términos de un proyecto alternativo urgente, de carácter institucional, que implique para la población del municipio 122 del Estado de México, recuperar la confianza sobre el futuro de su patrimonio?; sin duda que la respuesta debe referir también a la forma en que ahora se asume las lecciones históricas que da la vida.
Por: ATG.
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