“Construir y hegemonizar el centro de la sociedad nuestra, el reto...” Heinz Dieterich.
Después de 10 meses del año del Bicentenario y Centenario de muchas cosas validas para la identidad nacional, bien vale un alto para reflexionar qué tanto hemos aprendido lo que ahora nos toca vivir, particularmente cuando se procura que el centro del interés sea lo que supone une a todos los mexicanos, la Patria, que refiere al patrimonio y en lo individual razón incluso de existencia; lo que envuelve al mismo tiempo uno de los elementos fundamentales de la conformación del estado: el Territorio.
Así la Patria es primero donde se implementa o ensaya una forma novedosa de encuentro con la sociedad toda, al propósito de la Identidad cultural de un pueblo que no obstante la ausencia de memoria colectiva e individual de su origen social, bien sabe que en ese poligonal territorial se encuentran ahora sus inmediatos intereses materiales, también los de carácter emocional y de parentesco incluso. Por tal circunstancia es difícil –no imposible- reunir en la práctica, por simple analogía o bien intencionada convocatoria pública, a la Población y de ella el grueso del pueblo con derecho a la participación Ciudadana con mayúscula.
Esto es así en tanto que otro de los elementos sustantivos de la vida de estado, el Gobierno, tampoco asume en plenitud el papel rector de convocante responsable de la población civil que requiere suficiente para consolidar la patria inmediata, respecto de la “nueva” Identidad Cultural necesaria para el fortalecimiento, seguro debe ser, del poder político en turno. Pero el alcance de esa “novedad” es limitada en el espacio temporal del Ciudadano en lo singular, ya que este -al final del día- es un factible votante del mañana; sobre todo si consideramos aquellos que inician su mayoría de edad o cuentan ya con algunos años como leviatán, según la expresión de Thomas Hobbes.
En consecuencia subrayemos por lo menos dos retos adicionales al planteamiento que distrae cotidianamente al pueblo nación en lo general y al pueblo estado en lo particular, cuando se trata el asunto sustancial de la patria y la construcción de Identidad Cultural:
1.- Regular para que los elementos sustantivos de la vida de estado no se constituyan en obstáculo o pretexto del movimiento natural de alguno de ellos; a saber que la Población, el Territorio y Gobierno compartan un modelo ideal de “respeto” trilateral. Lo contrario anticipa un desequilibrio real del propio estado en cualquier orden de Gobierno (municipal, estatal o federal), campo fértil para los grupos de presión e interés preponderantemente político.
2.- Definir con claridad el objetivo específico de la nueva Identidad Cultural, esto es qué, cómo y para qué se pretende una diferente patria. Ya que lo fundamental de la novedad no debe ser solo el impacto mediático o tentación política excluyente incluso de aquellos que se invitan a participar.
Resta decir que lo contrario a las aristas del planteamiento y menosprecio de los retos que ello implica, ocasiona una “novedad” diferente de la propuesta en principio sugerida, por cuanto a la Identidad Cultural que persigue patrones uniformes; ¿Acaso la experiencia de fracaso sobre el tema de la inseguridad, diseñada desde lo federal, no solo confronta y divide a la sociedad, también a los gobiernos y distingue territorios?
Por similar -aunque este último cuestionamiento sea materia de otro reflexión- ¿Congelar literalmente la posibilidad de constituir Nuevos Municipios en el Estado de México, por razón de los trabajos legislativos sobre el tema, tanto de la LVI y LVII Legislaturas Locales respectivamente, al propósito de primero un convenio con la UAEM para supuestamente revisar la legislación del caso y en materia de límites territoriales; como también con la nueva Ley Reglamentaria de las fracciones XXV y XXVI del artículo 61 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México, vigente desde el 4 de septiembre del 2010; ya que al no distinguir y atemperar la participación del pueblo estado, el que vota, en la forma de definir su forma de gobierno, como lo sanciona el artículo 39 Constitucional, está impedido para tener su propio Municipio Libre, si es factible hasta después de iniciado el próximo Gobierno estatal posterior al 5 de septiembre del 2011. Por tanto también le confronta su identidad con el poder político central de la entidad federativa que le reclama mexiquense? Por: AT.