La preciosa mirada de un preciso momento
Bajo
la preciosa mirada del Creador,
y
con el tiempo preciso para caminar,
para
hacer de la vida una gran fiesta,
la
más hermosa que podamos soñar,
como
la de vivir en alianza de versos,
porque
es el verso el aliento del alma.
Me
dispongo a descubrir quién soy,
qué
quiero, por qué quiero quererme,
qué
busco en este mundano mundo,
sí
soy más del cielo que de la tierra,
por
qué no me dono como Jesús,
sí
El es mi referente y mi referencia.
Aspiro
a ejercitarme en la poesía,
a
ser valiente en el amor de amar,
a
sustraer la materia que me ahoga,
a glorificarme
a través del Espíritu,
y
así, de este modo, enaltecerme,
en
el nombre del Padre y del Hijo.
Hemos
de ir más allá del camino,
hacia
horizontes dilatados de luz,
hacia
caminos vastos de sosiego,
sin
perder la esperanza de andar,
de
fluir como el sol, a creciente,
pues
Él nos da la fuerza para ser.
No
olvidemos que somos su verbo,
la
conjugación de un gran sueño,
el
paradigma de una gran obra,
la
coexistencia de una compasiva
existencia,
donde la compasión
es
la pasión primera y primaria.
Sabed,
que todo se origina acercándose,
cuando
el preciso momento es lo que es:
sentimiento,
clemencia y devoción;
sentimiento
de nívea flor considerada,
clemencia
ensamblada a la fortaleza,
devoción
viva y diaria a ser de Dios.
Y
aunque la historia somos cada cual,
cada
cual con su pasaje y su paisaje,
Él
va con nosotros corrigiéndonos,
caminando
con el poema en su conjunto,
calmándonos,
colmándonos de pausas,
para
que la bondad armonice con el bien.
Víctor Corcoba Herrero
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