domingo, 6 de enero de 2013

Columna


Reflexiones
Por: Francisco Alfaro Ramírez

NO EXISTE UN MODELO POLICÍACO QUE FUNCIONE PARA EL PAÍS

Antes de observar un modelo o perfil policiaco, se debe de observar a la institución de donde emana, es decir, que si la institución no tiene un plan, misión, visión, objetivos, programas, capacitación, incentivos, premios, castigos, una filosofía encaminada a servir, prevenir, proteger, pero sobre todo serle leal a la población.

Para lograr lo anterior se requiere cambiar el modelo y el perfil de la institución policiaca, y generar policías para cada área especifica que requiera de la vigilancia, prevención y acción, toda esta acción tiene que estar respaldada por los conocimientos teóricos y prácticos para el quehacer cotidiano, pero también respaldado por un soporte sicológico, enfatizando que siendo una autoridad, sabe y tiene facultades que le permitirán proteger a la ciudadanía de la propia ciudadanía, y que no se es juez, ni verdugo.

La policía que actualmente tenemos carece de un salario digno, de una especialización, de capacitación, de estudios, así que tenemos en su mayoría a policías analfabetas, prepotentes, ignorantes, agresivos y que se venden al mejor postor por necesidad o por inconsciencia.

Es necesario plantear primero que las normas o lo que los gobernantes ignorantes designan como leyes, no amparan a quienes deberían proteger ni sirven a la población, las famosas leyes amparan más al delincuente, que ahora para no lastimar su dignidad se les llama presuntos delincuentes, se impide el uso de las esposas, se les protege, se les da servicios médicos, es decir, parece que la delincuencia está amparada por los propios gobernantes.

Hemos visto que se pretende certificar a quienes tienen que cuidar a la población, pero quien certifica a los que nos gobiernan, ya que son ellos quienes violan las leyes y exigen un trato especial, así, como que se les permita hacer, ocupar y proteger sus propiedades con policías pagados por el pueblo.

La seguridad de la población, está pues, en manos de estructuras e instituciones que no obedecen a las necesidades de la población, pues si los políticos quieren, cambian las normas y los policías deberán cumplir las nuevas disposiciones, que los políticos marquen, por lo que no se puede confiar en la policía mientras esta obedezca y opere al ritmo que le imponen los políticos.

La famosa ciudadanización de la policía, es solo de siglas, puesto que no están operando ni sirviendo a la ciudadanía, pues mantienen las mismas estructuras y trabas, por lo que hacen de la seguridad hacia la población una burla, ya que los crímenes, asesinatos, violaciones, secuestros, extorciones, narcotráfico y demás males que afectan al pueblo están al orden del día, sin que exista poder gubernamental que quiera iniciar la disminución de la delincuencia.

Mantener a la población aterrorizada es un negocio muy productivo para los partidos políticos, puesto que siempre está el recurso de la promesa de disminuir la delincuencia, la corrupción, la violencia, la inseguridad, el ambulantaje, la piratería, es decir, todo lo que no cumplirán.

La policía está atada de manos frente a la delincuencia, que empieza por los políticos quienes exigen trato especial, no puede garantizar ni un modelo adecuado en contra de la delincuencia, ni la seguridad a la población, por lo tanto el fracaso se da desde las propias instituciones que están mal dirigidas.

La pregunta es: ¿Cuándo tendremos a una policía que responda a las necesidades de la población?

Por supuesto tú tienes la mejor opinión y la mejor acción.