jueves, 20 de septiembre de 2012

Reportaje


LA MEXICANA MÁS CABARETERA: ASTRID HADDAD

La chetumaleña, una de las artistas mexicanas más reconocidas en el mundo de la música y el arte, recibió el reconocimiento de su estado natal con dos recitales para el recuerdo. Habló en exclusiva para Luces del Siglo


Por Silvina Brizuela / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo., a 18 de septiembre de 2012.- Astrid Hadad es una artista desopilante y única. Cabaretera y feminista hasta los tuétanos, sus espectáculos fluctúan entre el drama y la comedia; están cargados de una crítica social filosa e irresistible que tiene como eje la opresión de la mujer y las injusticias políticas.

Autoproclamada “La Madre Teresa de la Canción Ranchera” y dadora de placer, define a sus espectáculos como un divertimento musical, humorístico, teatral y plástico.

– Tus admiradores esperaban tu próximo disco...

– El disco ya no va a salir este año, se atrasó porque sacamos dos catálogos al mismo tiempo: uno sobre Tierra Misteriosa, y otro sobre mis vestuarios para la muestra “Por mi espíritu hablarán mis trajes”, que se presentó en el Museo Universitario del Chopo y eso me quitó mucho tiempo.

– Valdrá la pena la espera del disco, porque la muestra recibió buenas críticas.

– Fue un éxito, la exposición iba a ser por dos meses y ahora el museo se quedó con los trajes porque la exposición va a empezar a viajar por otros países, por lo menos por dos años. Yo estoy muy contenta porque es una forma de reconocer mi trabajo como diseñadora.

– ¿Cómo surgió la idea de esta exposición?

– Desde hace tiempo había pláticas con España, Venezuela, Estados Unidos, donde ya había prestado algunos de mis trajes, porque allí estudian mi trabajo en algunas universidades. Finalmente, cerramos con el Museo del Chopo y todo se fue dando rapidísimo y de unos cuantos trajes que se iban a exhibir terminaron siendo veinte.

La también llamada “Janis Joplin de la canción Ranchera” diseña ella misma cada traje; lo hace con la intensidad con la que canta sobre la mexicanidad y las mujeres de éste y otros tiempos; excéntricos, surrealistas, abundan en alegorías que surgen de los temas de sus canciones y de colores intensos y brillantes que recuerdan la luz y la cultura de México.

– Eres apasionada en todo lo que haces, pero ¿cuál es la faceta que te hace sentir más plena?

– Cuando estoy cantando en el escenario. La verdad que el contacto con el público es lo más hermoso que puede haber, todo lo demás es fantástico, sobre todo cuando estás creando, cuando estás en una investigación, todo es maravilloso, cómo empiezan a surgir las ideas, el vestuario, las letras de las canciones, pero nada se compara cuando tú estás en un escenario y tienes el contacto con el público, ése es el momento cumbre.

Nacida en Chetumal y egresada de la Escuela de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Astrid se inició en la escena creando sus propios espectáculos (“Nostalgia arrabalera” y “Del rancho a la ciudad”) en los que interpretaba de forma muy personal boleros y rancheras. En 1988 creó el grupo Los Tarzanes, popularizando el estilo neoranchero, más conocido como heavy nopal, una mezcla transgresora de canción, poesía, mística religiosa, humor y recursos escénicos. En esta tónica creó los espectáculos “La mujer del golfo”, “No me hallo”, “La novicia azteca” y otros.

– ¿Qué significa para ti estar recibiendo este homenaje en tu tierra? (hizo dos actuaciones: una en su tierra natal y otra en Cancún, ambas con plazas llenas y público aplaudiendo de pie).

– Para mí ha sido fantástico. Tenía muchos años de no ir a Chetumal cantando, y la función que di allí fue fantástica, ver la reacción de un público que no me conoce, porque yo no salgo en la televisión casi, que no sabía quién era y que me aplauda de pie, bueno, eso me ha pasado en muchas otras partes, ¡pero que me suceda en mi tierra! Previo al concierto estaba más nerviosa que si hubiera cantado en París, en Canadá. Si supieras los nervios que tenía, no te puedo expresar lo que significa, que lo que yo hago le pueda llegar a mi gente.

– Además, acompañada de tu familia, como pocas veces.

– Toda mi familia estaba allá, todo el mundo estaba muy orgulloso y yo muy contenta, tengo una familia maravillosa que me cobija todo el tiempo, que me ayuda muchísimo, que siempre está pendiente, y tener el apoyo de ellos fue fantástico.

En su performance representa críticamente la crisis social, cultural y política en México y, a pesar de definirse como una persona de izquierda, criticó duramente a este sector, porque “han cometido errores terribles que después no quieren reconocer. Ya no sé dónde quedó mi izquierda, la tengo perdida, la tengo que buscar”, bromeó.

– ¿Cómo vivió las elecciones pasadas?

– El movimiento #Yosoy132 es lo más rescatable de las elecciones pasadas. Yo siempre lo he dicho en mis espectáculos y en mi vida, si la sociedad civil no se organiza las cosas van a seguir igual. No podemos esperar que sean los políticos los que cambien las cosas.

La Edith Piaff de Chetumal enfatizó que es la sociedad civil la que al final tiene que exigir que se cumplan las leyes y que se hagan leyes que acoten el poder exorbitante que tienen los gobernantes, y resaltó que el resultado de las elecciones fue una bofetada para quienes han estado manejando la izquierda de una manera equivocada.

Siempre comprometida con la realidad del país, pocos meses antes de las elecciones, Astrid Hadad presentó una sátira denominada “De Sonora a Yucatán, la Gaviota y el Gavilán”, dos personajes que se disponen a gobernar sólo por su linda cara. “Es usar el humor ante la inminencia de lo que va a suceder, en lugar de amargarnos”, dijo entonces.

– Algunos te comparan con Lady Gaga, pero yo creo que tú haces esto desde mucho antes...

– La diferencia entre esa cantante y yo, es que a ella otros le hacen sus vestidos y simplemente se los pone; en cambio, yo los diseño, desde hacer el boceto en dibujo, hasta idear todo un mecanismo interno para que sea lo más sencillo de quitar o poner, y que sea muy vistoso.

– ¿Cuántos vestidos hiciste hasta el momento?

– En total han de ser más de 150 vestidos los que hemos hecho, pero muchos se han perdido porque fueron hechos para una sola presentación (algunos son hechos con flores). Otros, la verdad, no teníamos cómo ni en dónde guardarlos, entonces, simplemente los dejábamos atrás.

– ¿Qué escucha Astrid Hadad?

– Yo escucho de todo, como yo tomo clases de canto, cuando llego de mis clases puedo ponerme a cantar con La Callas (María), áreas en donde tengo que igualar la voz, puedo escuchar desde una ópera, hasta una canción muy antigua, un tango, una ranchera, algo de rock. Soy una investigadora, siempre estoy escuchando música. Ahora sí que no tengo carta aborrecida, puedo escucharlo todo.

La actriz y cantante adelantó que está realizando los últimos ajustes a su show para la celebración del Día de Muertos, con el humor ácido que cada año le imprime.

– ¿Porque los mexicanos tenemos esta relación con la muerte, esta casi fascinación?

– Hay una tradición muy grande, en el “rollo” prehispánico la muerte era algo muy importante y se veía de distintas maneras, se veía que este mundo era un lugar de paso nada más, se veía como si aquí fuera el capullo y al morir te liberabas. Como dice el poema de Netzahualcóyotl: “Sólo venimos a dormir. Sólo venimos a soñar. Y ya que totalmente nos vamos y nos perdemos, en paz y en placer pasemos la vida, con las bellas flores y cantos que son nuestra alegría”. Este lugar se veía como un lugar de paso y la muerte como algo totalmente necesario e inapelable, por eso no había miedo hacia la muerte, era una especie de liberación total.

– Eso es lo que nos hace festejar la muerte de esta manera…

– En mi humor negro que tengo, a veces yo digo: está bien que nos guste festejar a la muerte, pero ya todos los días como está sucediendo en México es una exageración.

RECUADRO:

“México, tierra misteriosa”

La controvertida cantante mexicana, coreógrafa, diseñadora de vestuario e investigadora de la música tradicional, Astrid Hadad, realiza en este espectáculo un recorrido por la historia nacional al estilo cabaret. El espectáculo incluye, como es habitual en ella, cambios de vestuario en cada canción, ante la mirada atenta del público. “Esto es para que vean cómo se viste y se desviste una diosa”, bromeó con el público con su característico humor.

El primer tema de la noche fue El ombligo de la Luna; y de ahí en adelante la cantante comenzó a reseñar la historia de México, desde su origen prehispánico, al situar al espectador en la época de la Conquista con la llegada de los españoles y su paso por la nación, hasta nuestros días.

Para interpretar Mito como Aztlán, Hadad colocó en su cabeza un penacho en forma de tzompantli, que eran paredes formadas con cráneos humanos de los sacrificios antiguos. “Lo que traigo en mi cabeza es un tzompantli, formado por los antiguos habitantes de México y, como se darán cuenta, son las cabezas de los decapitados, algo así como lo que pasa hoy, con la diferencia de que ahora las dejan regadas por todos lados, todas desaseadas, y no de forma creativa como en esta pared”.

Luego fue tiempo de temas como La Maldición de Malinche, Tierra misteriosa, El adiós del soldado, La Bamba, La cucaracha, La llorona y La Rielera, fueron los temas siguientes que también resumieron escenas históricas como la Revolución y el papel de la mujer en dicha época. La velada concluyó con La perra y la comadre y Toca madera, pero ante la insistencia del público, Astrid Hadad regresó al escenario para complacer a sus seguidores con el tema de El calcetín y La Tequilera.

APUNTE:

“La diferencia entre esa cantante (Lady Gaga) y yo es que a ella otros le hacen sus vestidos y simplemente se los pone; en cambio, yo los diseño, desde hacer el boceto en dibujo, hasta idear todo un mecanismo interno para que sea lo más sencillo de quitar o poner y que sea muy vistoso”, Astrid Hadad.