sábado, 4 de agosto de 2012

Columna



SI NO ESTÁS CONMIGO, ESTOY CONTRA TÍ

México, D. F., a 3 de agosto de 2012.- El pasado 10 de julio se alertó en este espacio del peligroso mensaje que tanto los dirigentes como los simpatizantes del llamado Movimiento Progresista y de Andrés Manuel López impulsaban en contra de la cadena de tiendas Soriana. Las consecuencias están a la vista con un mensaje amañado, manipulador y crecientemente autoritario, despótico: si no estás conmigo, estoy contra ti. Así lo hicieron y hoy la cadena departamental ha sufrido ataques delincuenciales, además de los oficiosos de Clara Brugada y los mediáticos de los presuntamente defraudados.

En un país donde la impunidad es una carta de invitación para los ataques delincuenciales, el mensaje ya hizo mella en algunas mentes débiles que, probablemente, estén propiciando estos ataques.

Los maestros del fraude que cada trienio se trampean a sí mismos a la hora de elegir candidatos o a sus directivas, utilizan como chivo expiatorio de su fracaso como partido, como políticos y como ciudadanos, a una empresa cuyo único “delito” fue realizar una transacción comercial porque, hasta hoy, sus acusadores no han demostrado documentalmente lo contrario, salvo sus propias especulaciones.

Lo que hoy manifiesta este grupo político es su vena autoritaria y antidemocrática, francamente stalinista con un creciente culto a la personalidad de su principal líder y la utilización de todos los medios posibles para intentar tomar el control de la conciencia colectiva. De la misma forma como lo realizan algunos de los medios a los que tachan de someterse al PRI, este grupo repite sus mentiras una y otra vez a cada momento, para que en la mente de algunos creyentes se conviertan en realidad y tomen acciones radicales. Finalmente, no serán ellos los que paguen la consecuencia de las acciones de sus seguidores, si estos fueron los causantes de los daños.

Hoy la empresa departamental tendría todo el derecho de acusar como autores intelectuales de los ataques a los integrantes del Movimiento Progresista por hacer apología del delito e incitar a la violencia porque, lo que están realizando, no es libertad de expresión.

Los agravios no han sido únicamente contra Soriana, sino también contra los periodistas Ricardo Alemán y Carlos Marín, quienes fueron agredidos verbalmente y a punto estuvieron de serlo físicamente; contra la empresa Televisa y más recientemente, contra una periodista que simpatiza parcialmente con su movimiento, Carmen Aristegui, quien los exhibió como tramposos al utilizar su voz en un spot, sin su consentimiento, porque, la propia presentadora de noticias también podría encarar una denuncia por parte de Monex por la frase: "Tarjetas Monex que hay indicios de lavado de dinero".

Este ha sido el error de López Obrador y el hoy Movimiento Progresista. Querer imponer mediáticamente una sola visión que llega a los límites de la violencia verbal, cuyo único objetivo es venderse ante miles de seguidores como un movimiento que salvará al país, cuando la salvación real de México no se encuentra en los políticos, sino en los propios ciudadanos.

Tampoco es valedero tratar de imponer a los demás decisiones propias. A la gente se le convence, se le conmina y se le convoca. No sólo es de doble moral decir una cosa y hacer otra, sino que es de mentes autoritarias, fascistas, caciquiles, dictatoriales, querer imponer a otros lo que a esas mentes les gusta, les interesa o les conviene.

Olvidan que en un país democrático cada individuo tiene libertad para elegir qué hacer dentro de los cauces de la legalidad. Por ejemplo, no ver televisión y sí leer; no comprar en una tienda departamental y mejor en un mercado o tianguis; dejar de escuchar a cierto presentador de noticias o elegir a otro; creer en las encuestas o no hacerlo, votar por un candidato o candidata y no por otro; ser parte de la corrupción o vivir de una manera ética. Cada decisión que se toma tiene sus consecuencias, positivas o negativas.

López Obrador sufre hoy las consecuencias de sus propias acciones y de su mensaje: “Si no estás conmigo, estoy contra ti”.