lunes, 30 de julio de 2012

Columna


Reflexiones
Por Francisco Alfaro Ramírez

Promesas y olvido

Para la mala fortuna de nuestro pueblo, en este momento no existe ninguna normatividad que exija el cabal cumplimiento de las promesas de las campañas por alcanzar el poder en México. Así el mayor mentiroso puede llegar a gobernar el país, vemos en este sentido a quien se dijo que sería el presidente del empleo, gobernando, y generando una guerra sin objetivos palpables en contra del narcotráfico, solo un enfrentamiento del “gobierno del presidente”, donde la población quedo en medio de esta guerra en contra un poderoso grupo delincuencial que se ha infiltrado hasta en el propio ejército.

Con respecto a las promesas no cumplidas, el narcotráfico ha generado más empleos y más riqueza que quien prometió empleos para la población. Sabemos bien que el gobierno no genera empleos productivos, solo burocracia, los empleos que generan riqueza son los empleos de la industria de la transformación, los que transforman los productos extraídos de la naturaleza en objetos de consumo, de uso cotidiano y de exportación, de la industria del turismo, por supuesto vigilada para evitar el turismo sexual, entre muchas otras posibilidades que la iniciativa privada puede generar para la creación de empleos de mexicanos para mexicanos, eso sí sin los prejuicios del genero, experiencia, edad, o cualquier otra inconveniencia para quien busca un empleo.

Vemos que la burocracia exige no a lo mejor persona, sino a quien se conoce, o se les ofrece el puesto por su participación y apoyo en la campaña política, hoy los puestos más ofrecidos por la burocracia son en el área de la seguridad, la policía en todas las áreas, federal, estatal, municipal, policías auxiliares y en el ejercito.

Lo anterior nos indica que la inseguridad se ha incrementado, pero la eficacia aún con el aumento de personal de seguridad no se observa, los asaltos, robos con violencia, no cesan, puesto que los propios delincuentes están en las filas policiacas, con sueldos miserables para los operativos, y el mantenimiento de las cuotas para el servicio, la policía que quiere hacer lo mejor para la población se ve en medio de los mandos delincuentes y los delincuentes civiles, muchos de estos últimos defendidos por los grupos de derechos humanos.

Todo gobierno electo nos ofrece seguridad, sin tomar en cuenta a lo que se enfrenta, a los intereses que debe oponerse, que en ocasiones pareciera que se opone a intereses gubernamentales de niveles más altos, ofrecen mejorar las condiciones económicas de la población, ofrecen empleos, esto último no está en manos del gobierno, lo anterior se daría con un pacto que de garantías a todos los participantes y no solo un impacto político que solo beneficia la imagen del gobierno.

Sin paz no hay estabilidad social, no hay garantía de desarrollo, sin educación en todos los niveles ni empleos para todos no hay progreso, sin apoyos e implementación de la ciencia en el campo habrá dependencia alimenticia, sin el acceso a la educación laica gratuita y con becas para las personas que tienen las peores condiciones, los más marginados, los grupos indígenas, no habrá una verdadera oportunidad para todos.

Si olvidamos lo que prometieron los ganadores en las elecciones partidistas, se les habrá dado un cheque en blanco para que desvíen los verdaderos intereses que deben de defender, que son los intereses del pueblo y no los de los grupos a los que pertenecen.

Parafraseando una frase de Ghandi.
“No hay camino para la democracia, la democracia es el camino”

Debemos aprender que la palabra tiene peso, solo en aquel que sabe cumplirla aún y a pesar de sus propios intereses particulares.

Queda una pregunta. ¿Olvidaremos lo que prometemos?
Por supuesto tú tienes la mejor opinión.