Reflexiones
Por Francisco Alfaro Ramírez
Promesas y olvido
Para la mala fortuna de nuestro pueblo, en este momento no
existe ninguna normatividad que exija el cabal cumplimiento de las promesas de
las campañas por alcanzar el poder en México. Así el mayor mentiroso puede
llegar a gobernar el país, vemos en este sentido a quien se dijo que sería el
presidente del empleo, gobernando, y generando una guerra sin objetivos
palpables en contra del narcotráfico, solo un enfrentamiento del “gobierno del
presidente”, donde la población quedo en medio de esta guerra en contra un
poderoso grupo delincuencial que se ha infiltrado hasta en el propio ejército.
Con respecto a las promesas no cumplidas, el narcotráfico ha
generado más empleos y más riqueza que quien prometió empleos para la
población. Sabemos bien que el gobierno no genera empleos productivos, solo
burocracia, los empleos que generan riqueza son los empleos de la industria de
la transformación, los que transforman los productos extraídos de la naturaleza
en objetos de consumo, de uso cotidiano y de exportación, de la industria del
turismo, por supuesto vigilada para evitar el turismo sexual, entre muchas
otras posibilidades que la iniciativa privada puede generar para la creación de
empleos de mexicanos para mexicanos, eso sí sin los prejuicios del genero,
experiencia, edad, o cualquier otra inconveniencia para quien busca un empleo.
Vemos que la burocracia exige no a lo mejor persona, sino a
quien se conoce, o se les ofrece el puesto por su participación y apoyo en la
campaña política, hoy los puestos más ofrecidos por la burocracia son en el
área de la seguridad, la policía en todas las áreas, federal, estatal,
municipal, policías auxiliares y en el ejercito.
Lo anterior nos indica que la inseguridad se ha
incrementado, pero la eficacia aún con el aumento de personal de seguridad no
se observa, los asaltos, robos con violencia, no cesan, puesto que los propios
delincuentes están en las filas policiacas, con sueldos miserables para los
operativos, y el mantenimiento de las cuotas para el servicio, la policía que
quiere hacer lo mejor para la población se ve en medio de los mandos
delincuentes y los delincuentes civiles, muchos de estos últimos defendidos por
los grupos de derechos humanos.
Todo gobierno electo nos ofrece seguridad, sin tomar en
cuenta a lo que se enfrenta, a los intereses que debe oponerse, que en
ocasiones pareciera que se opone a intereses gubernamentales de niveles más
altos, ofrecen mejorar las condiciones económicas de la población, ofrecen
empleos, esto último no está en manos del gobierno, lo anterior se daría con un
pacto que de garantías a todos los participantes y no solo un impacto político
que solo beneficia la imagen del gobierno.
Sin paz no hay estabilidad social, no hay garantía de
desarrollo, sin educación en todos los niveles ni empleos para todos no hay
progreso, sin apoyos e implementación de la ciencia en el campo habrá
dependencia alimenticia, sin el acceso a la educación laica gratuita y con
becas para las personas que tienen las peores condiciones, los más marginados,
los grupos indígenas, no habrá una verdadera oportunidad para todos.
Si olvidamos lo que prometieron los ganadores en las
elecciones partidistas, se les habrá dado un cheque en blanco para que desvíen
los verdaderos intereses que deben de defender, que son los intereses del
pueblo y no los de los grupos a los que pertenecen.
Parafraseando una frase de Ghandi.
“No hay camino para la democracia, la democracia es el
camino”
Debemos aprender que la palabra tiene peso, solo en aquel
que sabe cumplirla aún y a pesar de sus propios intereses particulares.
Queda una pregunta. ¿Olvidaremos lo que prometemos?
Por supuesto tú tienes la mejor opinión.